Cocinas tradicionales

Los alimentos de Invierno

Con la llegada de las bajas temperaturas buscamos alimentos energéticos que nos reconforten y mantengan el calor corporal

Al mismo tiempo necesitamos alimentos de temporada con alto contenido en vitaminas y minerales que contribuyan a fortalecer el sistema inmunitario para combatir las enfermedades provocadas por el frio.

Si quieres aprender a cocinar este invierno, los cursos de cocina y pastelería para principiantes de la Escuela TdEs te enseñarán recetas de cocina fáciles y sencillas con productos de temporada en una ambiente agradable y divertido

Productos de temporada

En invierno, cuando el frio aprieta, el organismo necesita «combustible» que contribuya a mantener el calor interno.

No sólo basta con abrigarse, ya que determinados alimentos y muchas recetas tradicionales de los cursos de cocina para principiantes que ofrece la Escuela TDES contribuyen a nuestro bienestar

Al igual que el resto de estaciones, el invierno posee sus propias peculiaridades por lo que respecta a los productos de temporada

Es tiempo de descanso del campo y de la mayor parte de los cultivos

  • De la despensa obtenemos alimentos de larga conservación y muy energéticos. Previamente recolectados como ocurre con las legumbres y los frutos secos
  • En la huerta es tiempo de las crucíferas como la col, lombarda, coliflor, brécol y coles de Bruselas, que se hayan en su mejor momento.
  • También las escarolas se encuentran en la mejor época del año y mejoran su típico sabor amargo con la llegada de las primeras heladas
  • Entre las frutas destacan los cítricos. Valiosas fuentes de de vitamina C que fortalecen nuestro sistema inmunitario y ayuda al organismo a defenderse de las típicas enfermedades invernales.

En fin con los productos de temporada y las recetas de cuchara que nos ofrece el invierno, conseguiremos estar más sanos y vitales

Cocina tradicional

Las legumbres

Las legumbres recogidas durante los últimos meses de verano y principios de otoño, ayudaban antiguamente a pasar los duros meses de invierno

Fáciles de conservar y almacenar, constituían los platos de cuchara protagonistas de las recetas de invierno

Pero con el aumento económico de las sociedades, las legumbres fueron injustamente desterradas de nuestras mesas durante un largo periodo de tiempo

Han sido criticadas como alimento pobre y relegadas al olvido por muchas familias.

Hace años que los expertos en nutrición han vuelto a rescatarlas para devolverles un lugar de honor en las recetas de cocina del menú diario.

No hay duda de que la dieta mediterránea, alabada por sus virtudes no sería lo mismo sin las legumbres. Garbanzos, alubias, lentejas, etc, son alimentos de gran interés nutritivo

Se componen básicamente de almidón, un hidrato de carbono complejo que nos suministra energía de larga duración, proteínas y fibra.

También son fuente importante de hierro, uno de los minerales esenciales para mantener la vitalidad, además de calcio

Su porcentaje proteico es similar al de las carnes. La única excepción es que son pobres en un aminoácido, la metionina.

Por eso los nutricionistas recomiendan consumirlas con cereales para completar su valor biológico.

La legumbre más rica en proteínas es la soja.

En las legumbres también encontramos un tipo de fibra soluble de gran interés, tanto para combatir el estreñimiento como para determinadas patologías, como la diabetes.

Además contienen fitoesteroles vegetales, unas sustancias que inhiben la absorción del colesterol.

Frutos secos

Los frutos secos eran otro de los grupos de alimentos que llenaban las despensas de las casas rurales en el pasado.

Se trata de semillas y frutos de diversos árboles que se recolectan en verano y principios de otoño y que pueden consumirse secos durante el resto del año.

Además no presentan problemas de caducidad, porque su cubierta les hace de envase hermético, conservando todo su sabor y propiedades

En esta lista de los mejores frutos secos mediterráneos se incluyen las almendras, las avellanas, las nueces y los piñones.

Desde el punto de vista nutricional, los frutos secos tienen un patrón muy singular. En todos predominan los ácidos grasos insaturados, como el oleico o linoleico.

Es un tipo de grasa saludable mucho más interesante que la de las carnes y determinados aceite vegetales como el coco o la palma

Los frutos secos también son ricos en proteínas y proveen además de calcio y hierro, como las legumbres

Dado su alto valor calórico no son alimentos para consumir en grandes cantidades.

Pero en una dieta variada y equilibrada no tienen porque ser una excepción.

Un puñadito a media mañana como merienda o como postre puede ser un recurso ideal para todas las edades, especialmente los niños.

Las crucíferas

La col, el brecol y la coliflor son las verduras protagonistas del invierno.

Además de ser ricas en fibra son una fuente óptima de antioxidantes como el betacaroteno y contienen vitamina C, suministrando además hierro y ácido fólico

Los expertos aconsejan que estas verduras formen parte de cualquier dieta anticancerígena, gracias a su alto contenido en glucosinolatos y sulforofano

La moda de los super alimentos

El trio A, C y D

Este trio de vitaminas combinadas ayudan a prevenir los resfriados.

Por eso es tan importante en invierno consumir cítricos, tomar el sol y no olvidarse de verduras tan ricas en Betacaroteno o provitamina A como las zanahorias o las calabazas

La calabaza de invierno es idónea para recetas dulces y sabrosas, proporcionando hidratos de carbono, vitaminas y complejos minerales.

De todos los tipos de calabaza, las de color naranja son además ricas en betacarotenos

No hay duda que los cítricos son los grandes aliados para combatir el invierno.

La razón principal es su alto contenido en vitamina C.

Una vitamina hidrosoluble que destaca por su papel preventivo y tratamiento de resfriados y gripes, debido a su capacidad para fortalecer el propio sistema defensivo del organismo.

La vitamina C también contribuye a la absorción de hierro, por lo que cualquier fruta rica en esta sustancia es el postre ideal tras un plato de legumbres. Ya que como hemos comentado antes, la vitamina C es hidrosoluble y que se destruye fácilmente por al acción del calor y la cocción.

Por eso los cítricos y frutas que se consumen en crudo, destacan en su aporte.

Las necesidades en vitamina C aumentan con el estrés. Por eso las personas que sufran mucho desgaste físico o mental deben incrementar su consumo.

Igual ocurre con los niños, que al no tener el sistema defensivo suficientemente desarrollado, sufren la incidencia de las enfermedades respiratorias causadas por el frio.

Cocina tradicional

El Aceite de oliva Virgen es esencial

Las propiedades saludables del aceite de oliva están bien documentadas por estudios e investigaciones de científicos

Sin duda contribuye a un buen perfil lipídico y por tanto a prevenir enfermedades cardiovasculares

El aceite de oliva virgen contiene la vitamina E, una excelente sustancia antioxidante

Pero también debemos tener en cuenta que el aceite proporciona en invierno calor y energía, además de contribuir a mantener la piel saludable, más bonita y protegida contra el frio

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