Un aspecto básico en un curso presencial, es analizar la formación práctica de sus estudiantes. Desde el dominio de las técnicas básicas, a la velocidad o limpieza en el trabajo.
Un postre no está bien elaborado, si no se hace a tiempo o no se cumplen las normativas higiénicas.
Para un pastelero profesional, la higiene es fundamental.
Cuando nos planteamos el trabajo diario de una pastelería, consideramos, calidad, velocidad e higiene a partes iguales. Por ese motivo, una formación sólo es buena y verdadera si se evalúan los tres parámetros.
En TdEs creemos que estudiar pastelería profesional va unido a la calidad, velocidad e higiene.
Teniendo estos objetivos como punto de partida, en TdEs diseñamos nuestros cursos intensivos de iniciación a la pastelería en base al conocimiento teórico, técnicas y la formación práctica.
Todo pastelero necesita conocimiento para poder llegar a ser un profesional. Estudiar en TdEs, te permite innovar, sin abandonar ni destruir la tradición. Pero para innovar en la tradición se necesita conocerla en profundidad.
Un principio básico es conseguir una combinación de componentes básicos y conseguir un equilibrio entre aromas, sabores y texturas.