Agenda de otoño – castañas en cada plato
Agenda de otoño – castañas en cada plato
Ya es tiempo de castañas, energía pura. El otoño nos ha llegado, llega el olor de esos puestos humeantes que las ofrecen asadas. Las castañas son alimentos claves de esta temporada.
Son frutos del castaño y se desarrollan en un erizo verde que contiene de dos a tres castañas. Aunque las más apreciadas son las que nacen solas, Son las que tienen una corteza lisa y brillante
Las primeras castañas frescas llegan al mercado en otoño y como se pueden conservar con facilidad, es posible encontrarlas hasta finales de invierno.
La variedad habitual procede del castaño común, aunque también existen otras especies comestibles de menor calidad, como la castaña americana, la castaña china o la castaña japonesa.
Consejos para comprar castañas
Podemos encontrar frescas, asadas, peladas, en botes, envasadas y congeladas.
Si optamos por castañas frescas, deben ser grandes y pesadas, con la piel de color pardo libre de manchas y cortes, muy brillante y lustrosa.
Si quieras conservarlas no las cierres nunca dentro de una bolsa o generaran moho. Es mejor guardarlas en una cesta perforada, en un lugar fresco y seco. Su sabor se potencia si las mantenemos unos días a temperatura ambiente “curándose”.
Otra buena opción es guardarlas en nevera, donde estarán libres de insectos. Te podrán aguantar fácilmente 1 mes.
La última opción es congelarlas. Preferible entallarlas antes de congelar y podrás cocinarlas directamente sin necesidad de descongelar. Se mantienen en perfecto estado unos 6 meses.
Paso previo para cocinar
La cosa más dificil de cocinar las castañas es cuando se tienen que pelar aunque existe un fácil truco para solucionarlo. Entallar y escaldar 3 minutos en agua hirviendo. Retirar y antes de que se enfríen del todo pueden pelarse bien.
Los nutrientes pueden cambiar según las técnicas de cocción que utilicemos. La composición nutritiva de las castañas varía según se coman crudas, asadas o cocidas.
Una recomendación ideal es un buen remojo y una cocción suave y larga. Si acompañamos de especias con propiedades carminativas (diminución de gases y flatulencias) como laurel, hinojo, clavo, facilitaremos su digestión. Tras la cocción, se produce una disminución de minerales como calcio, potasio y magnesio.
Cocinar las castañas para platos salados
Al triturarse con lácteos o caldos se obtienen nutritivas sopas o cremas ideales para una comida gustosa y energética pero no pesada. La textura de la crema hace que sea fácil y suave de comer tanto para adultos como para niños o ancianos con problemas de dentadura. Por ejemplo una crema de Sopa de boniatos castañas y setas con huevo pochado es un plato muy completo y muy sabroso, ideal para quien no puede prescindir comer con sabor y encuentra en la cocina un placer
Trabajadas con otros vegetales dan textura a purés muy ricos que acompañan bien las carnes. También se pueden guisar como ingredientes principales o guarnición con arroces y verduras, legumbres o carnes, le darán la vuelta al sabor del plato.
Para los más atrevido existe una versión de solomillo de jabalí con salsa de chocolate y puré de castañas que es una verdadera maravilla para quien se atreve a dejarse llevar por un plato de pura lujuria.
Castañas y postres
Pueden utilizarse para hacer harinas y con ellas panes, bizcochos o galletas.
Habéis probado nunca un Pastel de castañas tradicional ? Su textura suave y su sabor intenso son una verdadera ayuda moral para empezar o acabar el día.
De ellas se pueden obtener fabulosas mermeladas y hablando de postre, también podemos obtener el Marrón glasé. Una exquisitez de la repostería francesa. Se eligen las mejores se pelan y se confitan con un almíbar perfumado con especias hasta que quedan dulces, tiernas y casi transparentes.
Pero las más clásicas son las castañas asadas. Plato típico del otoño y comienzos del invierno. Tradicionalmente se cocinan en un recipiente metálico con orificios en el fondo y sobre la leña. Aunque pueden asarse en el horno una vez remojadas
Recordad entallarlas para facilitar la cocción y evitar que exploten. Las castañas asadas contienen más aminoácidos, fibra insoluble y fibra total que las castañas cocidas.
¿Las castañas engordan?
Las castañas no engordan todo lo contrario: tienen propiedades saciantes y una buena cantidad de nutrientes por lo que se recomiendan para adelgazar o evitar engordar. Entran perfectamente en una dieta saludable.
Recomendables también para deportistas o personas con alta actividad física debido a su alto porcentaje en hidratos de carbono. Una sola castaña, ya sea cruda, asada, al horno o al microondas, siempre y cuando no vaya acompañada de otros componentes tiene unas 18 calorías.
Las castañas están libres de gluten por lo que se obtiene una harina apta para pacientes sensibles al gluten, alergia al trigo y enfermos celíacos.
Propriedades nutritivas de las castañas
Son alimentos de sabor dulce y muy ricos en nutrientes. Principalmente fibra e hidratos de carbono. Fuente natural de minerales a los que se les atribuyen propiedades anti-inflamatorias y vasculares. También nos aportan elevadas cantidades de vitaminas del grupo B, C, E y ácido fólico.
Destacan también por sus ácidos grasos mono-insaturados como el ácido oleico y el ácido palmitoleico. Estos ácidos son importantes en nuestra dieta ya que ayudan a prevenir las enfermedades coronarias y vasculares, favoreciendo el perfil de lípidos en la sangre.
En el caso de que las fibras no sean bien toleradas, debe moderarse su consumo ya que pueden provocar malestar intestinal y flatulencia.
La castañada: como nace?
Es una fiesta popular propia de Catalunya, Aragón, Valencia y las Islas Baleares que, tradicionalmente se celebraba el día de Todos los Santos.
Como muchas otras fiestas populares su origen proviene de rituales funerarios y cultos paganos. Se recogía el fruto y se servía como agradecimiento a los dioses por la cosecha recibida.
Hay otra versión relacionada con los campaneros que debían pasar la noche de Todos los Santos haciendo sonar las campanas de todos los campanarios de los pueblos y villas. Como era una tarea dura y ardua, para aguantar toda la noche, debían alimentarse con una comida energética: castañas, boniatos y panellets, regado con moscatel para soportar bien el frío de la noche.
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