Cuanto más “gorda” es la sopa tanto más ardiente es el amor que sentimos por ella.

La buena y vieja costumbre de meter todo lo habido y por haber en una olla se conoce en casi todos los países del mundo, y no en pocos casos esos potajes y cocidos se han convertido en un plato nacional o regional por excelencia.

Aunque originalmente era un plato contundente y de alto valor calórico para las familias pobres, hoy en día, estas sopas variopintas ya no tiene nada que ver con la economía y el aprovechamiento de restos.

Sobre todo, a raíz del redescubrimiento de la cocina casera, los potajes han recuperado su puesto de honor, e incluso se sirven, debidamente refinados en los mejores restaurantes.

Los potajes constituyen en España desde tiempos remostos, un plato básico de alimentación completa, por ser en principio de fácil elaboración y composición, además de ser económicos. Lo que les ha hecho siempre muy populares.

En general son platos apropiados para épocas frías debido a su gran poder nutritivo, variando según la riqueza de los géneros que entren en su composición. Así los potajes pueden aportar los siguientes nutrientes.

Receta de Potaje de vigilia

Receta de Potaje de vigilia

Publicado por Escuela de Cocina y Pasteleria Terra de Escudella

el 17 de febrero de 2021
Requiere ,
para cuatro personas.

Ingredientes potaje de Vigilia

· 200 gr de bacalao
· 300 gr de garbanzos cocidos
· 12 huevos de codorniz
· 400 gr de espinacas frescas
· 2 cebollas
· 2 ajos
· 2 tomates rallados
· 1.c.c. pimentón de la vera
· 1c.c. comino
· 1 rebanada de pan

Elaboracion potaje de vigilia

Preparamos un sofrito de ajo y cebolla picada. Añadimos el comino y el pimentón de la vera. Damos un par de vueltas y añadimos el tomate rallado. Dejamos reducir.

En un cazo tapado cocemos las espinacas limpias y troceadas con un poco de agua y sal.
Escurrimos las espinacas y reservamos el agua de cocción.

Juntamos el agua de cocción de las espinacas con el sofrito. Trituramos con el pan tostado o frito.

Cocemos el bacalao cortado a daditos en el caldo resultante.
Calentamos los garbanzos y los trituramos.

Cocemos los huevos escaldándolos en agua hirviendo con sal y vinagre.
Servimos en un recipiente hondo. Rellenamos un cilindro metálico de puré de garbanzos, después un piso de espinacas y coronamos con un huevo. Rellenamos de caldo de bacalao.

Potaje de vigilia

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