La importancia de un buen postre

Disfrutar de un buen postre, no es sólo una necesidad humana, como nos dice la teoría de Maslow.

Disfrutar de un buen postre es mucho más que una necesidad nutricional.

En los cursos de pastelería y repostería creativa profesional que impartimos en la Escuela TdEs de Barcelona te lo vamos a explicar

Comer, cómo comemos, donde comemos, lo que comemos, con quién comemos, a qué hora comemos, son aspectos muy importantes de cualquier persona, de su cultura y de su historia.

La cultura gastronómica es importante para cualquier sociedad, ya que habla de sus hábitos, sus sentimientos, su idiosincrasia, su dinero. etc.

Los que tenemos cierta experiencia en Hostelería, sabemos que comer no es el único motivo por el que los clientes vienen a nuestro Restaurante.

Existen otros factores que podríamos llamar “psicogastronomía” o «psicofactores» y que nos «obligan» a comer un buen postre en Navidad.

¿De dónde viene la palabra postre?

Como otras palabras, encontramos su origen etimológico en el latín. Proviene viene del término “posterum”, que significa detrás, después, posterior.

Por eso siempre encontramos el postre detrás de la comida, al final de la comida.

Aunque podemos romper la regla y sentir placer en cualquier otro momento del día, para provocar este sentimiento de placer, es obligado recurrir a grandes cantidades de azúcar .

Por eso debe ser un placer con medida, ya que nos aporta muchas calorías.

Disfrutar un buen postre es algo más que calmar el hambre

En un restaurante compartimos más que comida, compartimos amistad, experiencias, anécdotas, amor y placer. Compartir un plato, significa mucho más que comer, es una parte de la vida y de con quién la vivimos.

¿Quién no recuerda de pequeño las sensaciones de un buen postre helado?

Los alimentos provocan placer, ya que la cocina nos trae recuerdos y nos acerca a otros países, lugares, personas y situaciones.

Comer despierta nuestros sentimientos.

Pero sobre todo, comer dulce, nos despierta una gran sentimiento de placer. Aunque si lo convertimos en un mal hábito nos deja un “pesado” sentimiento de culpabilidad.

Características de un buen postre

Un buen postre lleva algo más que azúcar o grasa, lleva mucho más que saborizantes, emulgentes, espesantes, estabilizantes.

Un postre elaborado con ingredientes de buena calidad y en manos de un pastelero profesional, lleva sobre todo, mucho amor. Por eso, muchos clientes después de haber saciado su apetito con un primer y un segundo plato, piden una buena ración de placer.

Un postre siempre es un buen final para terminar una deliciosa velada.

Si os preguntáis dónde podemos disfrutar de un buen postre, os puedo decir que en los restaurantes siempre ofrecemos buenas dosis de placer, que llevan mucho tiempo y trabajo.

Si quiero comer bien, siempre tengo que acabar sintiendo el dulce amor de un postre.

Cada tarta, cada bizcocho o magdalena es una forma diferente de sentir placer. Tienen formas y sabores diferentes de amor, porque nunca se hacen en los mismo moldes. Lo que si garantizan es un alto contenido en amor.

Experiencia Gastronómica

 

¿Qué buscamos en un buen postre?

La primera respuesta que se me ocurre y quizás la más lógica por mi experiencia, sería la búsqueda de placer.

Después de una hora comiendo, los clientes ya están saciados, o al menos eso hemos intentado. El apetito, como necesidad fisiológica ya ha sido satisfecho.

Pero en algunos casos, hay quién busca algo más. Todavía tiene un hueco por rellenar y tiene una necesidad insatisfecha, tal como diría Maslow.

Ese ansiado y dulce tesoro, que ha conseguido un sitio de honor en nuestras mesas.

¿Qué buscamos en un buen postre?

Comer sí, pero de manera responsable

Los postres son una mezcla de ingredientes que atacan a nuestra salud si los consumimos en desmedida. Pero hay alternativas para cuidar nuestro organismo y no prescindir de ese dulce sabor que nos llena de placer.

¿Cómo disfrutar de un buen postre?

Para disfrutar de una buena pastelería y repostería, hemos tener en cuenta los ingredientes y la cantidad en que aparecen en su preparación.

Podemos consumir cantidades moderadas cualquier alimento, siempre y cuando acompañemos de alguna actividad física.

¿Cómo hacer un buen postre fácil y saludable?

• Desde un punto de vista nutricional, mejor reducir el consumo de lácteos y escoger yogur, kéfir y quesos antes que leche.

Sustituir las grasas saturadas por aceites de semillas no refinados y cambiar los azúcares procesados, por azúcar de procedencia natural y no manipulada. Pero siempre con prudencia.

• Puesto que el postre es una comida más, mejor valorar que platos hemos consumido anteriormente a la hora de escoger el postre.

Si hemos consumido grandes cantidades de hidratos de carbono y grasas, lo ideal es inclinarse hacia una fruta o gelatina. Si nos apetece algo más dulce o chocolate, es preferible consumir sopas o cremas de verduras sin excesivas grasas y ricas en líquidos y fibras.

• Los bizcochos, pasteles o cakes deberían reservarse para ocasiones especiales. Aunque debemos considerar, que el problema no está en lo que consumimos, sino en la cantidad que consumimos.

No hace falta reprimir del todo, bastará con que nos reprimamos un poquito.

• Tampoco debemos descuidar en qué situación se encuentra nuestro intestino y aparato digestivo. Es preferible evitar cargas innecesarias y combinaciones inadecuadas, que puedan provocar digestiones lentas o molestos dolores.

En esos casos, ni las frutas son una buena opción, salvo que estén cocidas. Quizás lo mejor, es dejar el postre para otra ocasión más feliz.

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